Atención particular e Isapres
La resistencia a la insulina es una condición metabólica en la cual las células del cuerpo dejan de responder adecuadamente a la insulina, una hormona clave que permite que la glucosa entre en las células para ser utilizada como energía. Como resultado, el páncreas produce más insulina para compensar, lo que puede llevar con el tiempo a niveles elevados de insulina y glucosa en sangre. Esta situación está estrechamente relacionada con el desarrollo de prediabetes, diabetes tipo 2, obesidad abdominal y enfermedades cardiovasculares. La resistencia a la insulina puede no presentar síntomas visibles en etapas tempranas, por lo que su detección precoz es clave para evitar complicaciones. Mantener un peso saludable, una dieta equilibrada y actividad física regular son pilares fundamentales para su tratamiento.
Fuentes: Mayo Clinic (2023), American Diabetes Association (2023), Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes.
La resistencia a la insulina es una condición central dentro del espectro de enfermedades metabólicas, estrechamente vinculada con la obesidad abdominal, la prediabetes, la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico. Su manejo requiere un enfoque integral y personalizado, que combine modificaciones del estilo de vida con intervenciones farmacológicas cuando sea necesario, bajo supervisión médica continua.
Diversos estudios han demostrado que las intervenciones en el estilo de vida pueden revertir parcial o totalmente la resistencia a la insulina, especialmente cuando se detecta de forma temprana.
Alimentación
Se recomienda una dieta con bajo índice glicémico, rica en fibra, vegetales, frutas con moderación, proteínas magras y grasas saludables (como las provenientes del aceite de oliva, palta y pescados grasos).
Se debe limitar el consumo de azúcares simples, harinas refinadas, bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados.
Se ha evidenciado que patrones alimentarios como la dieta mediterránea mejoran significativamente la sensibilidad a la insulina (Esposito et al., The Lancet, 2004).
Actividad física
Se sugiere un mínimo de 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico moderado (como caminar a paso rápido, nadar o andar en bicicleta), combinado con entrenamiento de fuerza dos veces por semana.
El ejercicio mejora la captación de glucosa por el músculo independientemente de la acción de la insulina (Colberg et al., Diabetes Care, 2016).
Pérdida de peso
La reducción del 5% al 10% del peso corporal total puede mejorar significativamente la sensibilidad a la insulina y reducir marcadores inflamatorios sistémicos (Knowler et al., NEJM, 2002).
Cuando las modificaciones en el estilo de vida no son suficientes o cuando hay factores de riesgo adicionales, el tratamiento farmacológico puede ser indicado por el especialista.
Metformina
Es el fármaco de elección más común en la resistencia a la insulina.
Actúa reduciendo la producción hepática de glucosa e incrementando la captación periférica de insulina.
Ha demostrado eficacia en pacientes con prediabetes para retrasar o prevenir el desarrollo de diabetes tipo 2 (Diabetes Prevention Program, NEJM, 2002).
Agonistas del receptor GLP-1 (Ej. liraglutida, semaglutida)
Son medicamentos originalmente usados para diabetes tipo 2, pero han demostrado beneficios en la pérdida de peso y mejoría en la resistencia a la insulina incluso en pacientes no diabéticos.
Estos medicamentos están siendo considerados en casos con obesidad significativa y resistencia marcada, especialmente cuando hay dificultades para controlar el apetito (Wilding et al., NEJM, 2021).
Otros fármacos
En contextos específicos pueden considerarse tiazolidinedionas (como la pioglitazona), pero su uso es más limitado debido a sus efectos secundarios.
La evaluación y seguimiento regular con un médico especialista en metabolismo y enfermedades crónicas como la diabetes es fundamental. En consulta se realiza:
Evaluación clínica integral.
Solicitud y seguimiento de exámenes como:
Glicemia en ayunas
Insulina basal
Cálculo del índice HOMA-IR
Perfil lipídico
Hemoglobina glicosilada (HbA1c)
Educación del paciente y acompañamiento a largo plazo.
La personalización del tratamiento según el perfil de riesgo del paciente es clave para lograr resultados sostenibles en el tiempo.
La resistencia a la insulina no es una condena irreversible. Detectada a tiempo y manejada adecuadamente, puede revertirse o controlarse de forma eficaz. En su consulta en Las Condes, el Dr. Moreno —con más de 40 años de experiencia en medicina metabólica— ofrece un enfoque personalizado, basado en evidencia, para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida de sus pacientes.
Esposito, K. et al. (The Lancet, 2004). "Effect of Mediterranean diet on endothelial dysfunction and markers of vascular inflammation in metabolic syndrome."
Colberg, S. et al. (Diabetes Care, 2016). "Exercise and Type 2 Diabetes: The American Diabetes Association Guidelines."
Knowler, W. et al. (NEJM, 2002). "Reduction in the incidence of type 2 diabetes with lifestyle intervention or metformin."
Wilding, J. et al. (NEJM, 2021). "Once-Weekly Semaglutide in Adults with Overweight or Obesity."
Mayo Clinic (2023). “Insulin Resistance.”
Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes – SOCHED.